En el fondo del mar de la región no hay tesoros, hay contaminación acústica

En el Puerto de Cartagena atracan a diario grandes buques que intensifican sus actividades en verano, además de sus ruidos.

En el fondo del mar de la región no hay tesoros, hay contaminación acústica

Autor: Beatriz Díaz

En el Puerto de Cartagena atracan a diario grandes buques que intensifican sus actividades en verano, además de sus ruidos. En mitad del estruendo submarino, los delfines y ballenas se valen del sonido para desarrollar sus actividades cotidianas cada vez con más dificultad. Para remediar esta situación, el proyecto LIFE PortSounds, coordinado por la Universidad Politécnica de Cartagena, está poniendo todos sus esfuerzos en mitigar el ruido submarino.

«Me ha sorprendido observar la riqueza de especies de cetáceos de la zona e inmediaciones y comprobar la versatilidad de las técnicas de inteligencia artificial y como estas son capaces de clasificar con gran precisión las especies a través de sus sonidos», afirma el doctor Ramón Miralles, uno de los investigadores responsables del proyecto.

Precisamente, el sonido es el problema y, más concretamente, el ruido, que en los últimos años ha ido aumentando debido al tráfico marítimo en el Puerto de Cartagena hasta alcanzar niveles que han llevado a calificarlo como área de contaminación acústica submarina, dentro de la Estrategia Marina de la Demarcación Levantino-Balear, poniendo así en marcha los mecanismos necesarios para desarrollar estrategias que frenen el impacto negativo en la vida marina.

La iniciativa LIFE PortSounds, que está cofinanciada por la Unión Europea y cuenta con más de 2 millones de euros de presupuesto, quiere disminuir la velocidad de los grandes barcos en el puerto, que lleva asociado un gran nivel de presión acústica. Para conseguir sus objetivos está desarrollando una herramienta de gestión del ruido que proporcione datos en tiempo real, además de definir medidas para reducir el impacto sonoro continuo en un 5% para 2030.

Aunque la tarea no es fácil y requiere de la colaboración de distintos grupos científicos, en este caso procedentes del Centro Tecnológico Naval y del Mar; de la Universidad Politécnica de Valencia, y de la Autoridad Portuaria de Cartagena, como apunta el investigador, que explica que el análisis de datos es una tarea «laboriosa» ya que deben analizar grabaciones que comprenden un periodo de más de tres meses y de las que tienen que extraer los sonidos para identificar a las distintas especies.

Inteligencia Artificial

«Para ello utilizamos técnicas de Inteligencia Artificial, similares a las que se emplean en el reconocimiento de la voz humana, y que permiten realizar esta tarea en unas pocas horas. Con la información de qué especies y el número de sonidos registrados, podemos aplicar modelos matemáticos para estimar las poblaciones», añade Miralles.

Este proyecto para evitar la contaminación sonora adquiere una relevancia destacada porque parte del tráfico marítimo del puerto pasa por una Zona de Especial Conservación (ZEC) situada en los valles sumergidos del escarpe de Mazarrón, que comprende una superficie total de 154 mil hectáreas, lo que puede influir en hábitats protegidos, que incluyen arenales, arrecifes y praderas de posidonia, además de especies amenazadas como el delfín mular. 

El ruido subacuático puede afectar gravemente a los ecosistemas marinos y tiene una repercusión directa en ciertos grupos de animales, como los cetáceos. 

cetaceo mular

Por eso, el impacto acústico generado por los barcos tiene el potencial de enmascarar signos biológicos, de causar problemas en el comportamiento de los animales, además de ciertos efectos fisiológicos, heridas e incluso puede ser mortal para la fauna marina.

Ante esta perspectiva, los expertos del proyecto que cuenta con última tecnología, que se extenderá hasta 2025, se decidieron a unir fuerzas para conseguir su emocionante objetivo: «Son muchos los motivos que me motivaron a involucrarme en este proyecto, pero quizás destacaría la posibilidad de trabajar en un grupo interdisciplinar y realizar avances en el uso de la Inteligencia Artificial con el fin de ayudar a mejorar la biodiversidad y el medio marino», expresa Miralles.

La UPV lidera la investigación científica de las rutas de los cetáceos y el impacto del tráfico marítimo; la UPCT desarrolla un modelo acústico que incluye la medición de datos, el modelado del ruido de los barcos y la predicción de sus efectos; y el CTN se encarga de la aplicación y visualización de los datos, facilitando una mejor comprensión del problema y las soluciones propuestas.

La importancia de divulgar

Una parte importante de esta inciativa es la divulgación por lo que el proyecto cuenta con actividades de información para acercar todos sus avances al público, de las que ya ha celebrado una recientemente, congregando a un gran número de interesados en conocer estas ambiciosas propuestas.

Durante esa jornada, los asistentes tuvieron la oportunidad de participar activamente y proponer posibles soluciones, entre las que se encontraron la revisión de zonas de fondeo; la puesta en marcha de un sistema de cámaras para identificar cetáceos; la participación de voluntarios y complementar el modelo con avistamientos regulares en la isla, entre otras iniciativas.

 

Y la idea no es quedarse núnicamente en aguas de la Región. Gracias a un modelo replicable, el proyecto Life Portsounds quiere ir más allá de las fronteras de Cartagena para exportar sus medidas a otros puertos europeos, convirtiéndose en un hito en la estrategia marina de la Unión Europea. La idea es contribuir a la conservación de la biodiversidad marina y dar un impulso al cumplimiento de las estrategias ambientales de los Veintisiete.

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